ESTOS ESCRITOS NO ENSEÑAN, NI CONFORTAN NI GUÍAN, Y LA INQUIETUD QUE ESCONDEN ES SOLAMENTE MÍA...















PARAFRASEANDO A ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ.







23 de abril de 2008

Lo inevitable




Esta calle debió conducirme hacia la estación del tren pero ésta vez se encapricho y me llevo a su lado. Y ella es una persona que trae tatuadas todas las calles de esta ciudad; no hay esquina que no le recuerde una historia, un rostro, una palabra, una voz… a veces la veo sonreír y en otras una mueca seca se estampa en su rostro y una lágrima se resbala perezosamente entre su mejilla. Entonces guardo silencio y envuelvo la guía rojí y seguimos como peripatéticos hasta que el sol cubre lentamente la desnudez de la noche. Y al concluir nuestra jornada de simpatía no entramos en más preámbulos ni nos son necesarios los números telefónicos ni las direcciones virtuales, ya que creo fehacientemente lo que ella me susurró al oído: Cuando en tu nombre se doblan las calles lo inevitable es el encuentro.