ESTOS ESCRITOS NO ENSEÑAN, NI CONFORTAN NI GUÍAN, Y LA INQUIETUD QUE ESCONDEN ES SOLAMENTE MÍA...















PARAFRASEANDO A ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ.







17 de junio de 2009

El Mago




El escritor es un mago, se sube a un escenario en donde el público brilla por su ausencia, a pesar de ello, se viste con sus mejores galas y prepara el espectáculo lo mejor que puede.

Saca de su bolsillo un pañuelo de color púrpura, lo pasa a través de tu mirada, lo voltea de un lado a otro, para darte a entender que no hay nada: sólo se encuentra el pañuelo, el mago y tú.

Entonces abre las manos para coger una pluma que parece mágica, le da tres toques continuos y aparece una paloma blanca y la hecha a volar para que verifique que la tormenta ya cesó. Pero tú sabes que la paloma no va a volver jamás, sí acaso, la tormenta la detendrá en un parque por un momento pero continuará su vuelo alejándose, cada vez más de la presencia del mago, del pañuelo y de ti.

Pero lo sabes tú y te lo guardas, sabes muy bien que al mago es lo que menos le interesa es la ruta que tomé la paloma; se prepara para otro acto, pide la participación de la audiencia ausente, hace un gesto para sentar a una persona que no dudo en participar; te mira a ti y te estira los brazos para traerte hacia él lentamente, lo miras asombrada y te olvidas de la audiencia ausente, del pañuelo que guardó en su bolsillo, te olvidas hasta de ti misma y de la misma presencia del mago, pareces elevarte de la tierra; el mago a pronunciado una palabra que nunca has creído en ella, te sientes ligera como una pluma y una lágrima rueda perezosa por tu mejilla, la palabra es tan fuerte como tu temple, el mago te mira y te dice que la pronuncies para que tú y la palabra sean una misma cosa, balbuceas como si estuvieras aprendiendo un nuevo lenguaje, la murmuras y sientes el aleteo de la paloma y el aire enfurecido de la tormenta.

Termina el acto y el mago te regala un papelito de color azul, lo guardas en tu bolsillo. La función ha concluido y un telón oscuro cubre al mago de su audiencia ausente. Sales y afuera las calles continúan en el mismo lugar, la tormenta ha minorado, sólo recorre el aire con una escoba grande la avenida, arrastrando las hojas de los árboles y miras hacia ellos y ves aún la paloma acurrucada en la rama más alta.

Llegas a tu casa y te observan los tuyos, hay algo en ti que tiene un aire de conquistador, de explorador y de emperador, sacas el papelito como el mago saca de su bolsillo el pañuelo púrpura y lo pasas a través de sus miradas para demostrarles que sólo se encuentran tú, el papelito y ellos. Abres el papelito azul y pronuncias solemnemente aquella palabra y una infinita bandadas de palomas cubren el espacio de tu barrio de un lado a otro.

Posdata del mago: la palabra es: LIBERTAD.

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