ESTOS ESCRITOS NO ENSEÑAN, NI CONFORTAN NI GUÍAN, Y LA INQUIETUD QUE ESCONDEN ES SOLAMENTE MÍA...















PARAFRASEANDO A ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ.







12 de junio de 2009

Corazón o Carne (II parte)


5


Leer las cartas del Tarot, es tratar de obligar a la memoria a terminar esta historieta, de pronto sacas una carta, y la carta tiene el sello de la muerte, esta carta la observo detenidamente, realmente no causa miedo su imagen, pero sí, me causa intriga; porque saque esta y no otra; en realidad, estoy tirando las cartas, para saber más sobre Seyla, si me viera, le resultaría cómico, pero nada hay de cómico en que la carta que sacas a la mujer que amas sea el de la muerte; sigo jugando, tratando de cambiar la fortuna, repito la misma operación, ahora vuelve salir La torre, pero la imagen es de una torre derruida, aún no la rescato, cada vez la estoy perdiendo, me niego a continuar a jugando, guardo las cartas, en el casillero en las cuáles conservo las cartas que le he escrito y que no pienso enviárselas. Es entonces que me escudo en la demencia con un cigarro...
- ¿Necesitas en sí, conocer mi nombre? me llamo como tú quieres que me llame, tengo el arte de encarnar a cualquier mujer que tu has olvidado y no porque no te gusté recordarla, sino porque está tan lejana a ti, que no tiene caso traerla al mundo en donde gira tu vida, pero yo puedo hacerlo, vamos ¡amor! Nómbrame una vez más...


6


Coger no es solamente sostener algo o agarrar, no es chingar, como dice Octavio Paz, porque no rompes nada, es sumergirse en un espacio cerrado y perfumado a Givenchy, es recorrer con las manos lo que no puede ser reconocido, el tacto no puede transmitirnos la biografía de esta piel cálida y olorosa, suave y firme, parece un papel fino, en el cuál, nunca quisieras escribir nada, por ello, sería necesario que la piel tuviera caracteres para descifrarlos, comprenderlos, leerlos y memorizarlos, amarrarnos con estas letras los dedos de la mano, escribirlos en la puerta de nuestras casas, guardar con ellos, un día para repasarlos nuevamente en la memoria del tacto. Coger no es un acto aislado porque no lo realiza una sola persona, es más, lo realza la especie, todos cogen, todos lo hacen, uno simplemente lo imita porque somos capaces de hacerlo, entonces, ¿por qué esta sonrojes? ¿Por qué de esta vergüenza que nos carcome por dentro? ¿Qué tan malo ha sido el alimento de la carne para el espíritu?


7


Las puertas de los hoteles tienen una semejanza a los días del calendario, por ejemplo, ves colocado en la puerta el número 24 y te sucede lo mismo como cuando ves el mismo número sobre el calendario, no tienes ni la mínima idea de lo que va suceder, hasta que llegas a dicho día y es como cuando abres la puerta del hotel, entras y sucede que nada se parece a lo imaginado, la cama es más angosta de lo que hubieras deseado, tiene un fuerte olor a cloro, en vez, del olor que desprenden miles de pétalos de rosas, las sábanas percudidas y maltratadas, y sobre todo cuando abres la ventana, en vez, de que dé hacia un paraje verde y soleado, te muestra la ciudad gris y a sus columnas se extiende un vericueto de calles que parecen el intestino de un animal mitológico, como el minotauro, tienen que verlo ustedes con sus propios ojos, traigan a un arqueólogo para constatar éste descubrimiento, aquí en esta ciudad yace los restos mortales del minotauro, si esto lo hubiesen descubierto los primeros residentes de esta ciudad, no hubiera tenido el nombre de Guadalajara sino el de “mino”, al final sería así, en vez, de “minotauro”, ya que todo ahora lo abrevian. Viviría en la ciudad mítica, sus ciudadanos serían héroes en busca de aventuras, aquí no sería una ciudad en pleno llano sino un gran puerto marítimo, las necesidades de sus ciudadanos se transforman en atrevimientos que generaría la ingeniería civil, Venecia sería una copia vana de está ciudad, es una lástima que sus hombres se dedicarán como a todas las ciudades del orbe, a la compra-venta del trabajo de los hombres, y no hayan sido capaces de lucrar con sus sueños. Pero esto es un asunto que de pronto me pongo a pensar cada vez, que Seyla, no llega a tiempo, estar solo en una habitación como esta, no es solamente sentirse invadido por la zozobra de estar naufragando sino el que prueba un General cuando ve dispersas todos sus tropas: fragmentadas, disminuidas, desertando, haciendo lo que les viene en gana; la disciplina militar ha sido complaciente y empobrecida. Me pregunto como se preguntará a su tiempo el General: ¿Cómo hago para que vuelvan a reunirse en un punto todas mis tropas? ¿Qué mensaje envío que sea el adecuado y que no de a notar mi agonía? En estas me pone esta mujer cuando la espero, últimamente las esperas se han ido a largando, ayer la espere más de cinco horas, espero que está vez no tarde tanto, ya no tengo cigarrillos y no quiero salir a comprarlos. Sigo esperando, esto escribo en la última línea de mi cuaderno.


8


Esta a punto de amanecer y no sé si soñé o lo viví: una mujer ofrece su cuerpo al que adivine que tipo de piedra es la que contiene su corazón, sin más, me adelante a todos los que la rodeaban y grite: ¡eres un zafiro! Me miro consternada, desencajando el rostro, agarrándome del cuello de la camisa; -acaso me tienes en tan poco valor-, -hay demasiadas zafiros, yo soy única-, -el que sigue-; me levante enojado, porque no fui capaz de descifrar el tipo de piedra que tenía la mujer en su corazón, me pasé todo el día siguiente, preguntándome una y otra vez, ¿qué tipo de piedra guarda esa mujer en el corazón?
No llegó a la cita, pague la habitación por quedarme toda la noche, en este hotel, una noche más en vela, lo que hace uno cuando esta desocupado, echado sobre la cama, contando uno a uno el pasar de los autos, las camionetas, los de carga o transporte de personal, alguna que otra sirena de ambulancia o de policía, esta agonía de no poder conciliar el sueño, como los personajes del “Clan de los Insomnes” de la novela de Vivian Abenshushan, para que no gobierne el sueño en sus vidas tienen que contar historias; deduje al final de su lectura que los desvelados somos cuenta historietas.

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