ESTOS ESCRITOS NO ENSEÑAN, NI CONFORTAN NI GUÍAN, Y LA INQUIETUD QUE ESCONDEN ES SOLAMENTE MÍA...















PARAFRASEANDO A ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ.







21 de abril de 2009

Tatuajes


ESTIMADAS MAGISTERS LUDIS:

Les escribo desde un lugar que puede estar en donde inicia el mundo, en donde formalmente se indica que sólo "empieza el que ya ha comenzado"; es decir, que sólo tiene un itinerario el que ha iniciado ya un camino; no solamente es viajero el que visita países extranjeros sino también aquél que con el dedo en el mapamundi cruza Inglaterra o el desierto de Siberia, y no sé si sea desierto y sí no lo es, este viajero tiene la capacidad de cubrir de arena en donde antes era tumbra y hielo.

Leo un libro y es este párrafo que les transcribo:

“¿Que pasaría –se pregunta en sus Diarios- si uno se tatuara un corazón sobre la frente? Entonces todo el mundo vería que el corazón se le ha subido a la cabeza. Y si fuera un corazón de tinta azul, un azul de muerte, agónico, uno podría también decir que la muerte se le ha subido a la cabeza. Sólo necesitamos tomar nota de lo profundamente que nos alcanzó el terror”.

Y en otro lugar anota lo siguiente:

“Tatuarse era originariamente un arte hierático. Si los poetas tuvieran que grabarse sus versos o incluso sus imágenes fundamentales en sus propias carnes, seguramente producirán menos. Por otro lado, podrían eludir menos el sentido originario de la publicación como forma de autodesnudamiento”.

No recuerdo haber leído textualmente lo que les escribo a continuación:

Que uno no tiene que tatuarse físicamente un águila o un jaguar o una rosa, puesto que lo verdaderamente tatuado ha estado en nosotros desde que nacimos, las palabras que escribimos surgen desde nuestros omóplatos, como las alas de una águila y pueden ser no ala, sino garra y diente como el jaguar y pueden surgir espina y hoja verde, culminando con pétalos de multicolores.

Este itinerario tiene la intención de escribir lo sucedido, lo que está sucediendo y lo que esta por acontecer, no se compara al arte de leer las cartas del tarot, ni aquellos que ven en las líneas de la mano ya han futuro desarrollado y por acontecer, este itinerario no tiene respuestas obvias ni fáciles, es más no tiene respuesta alguna sólo tiene el encanto de encadenar preguntas.
Concluyo con mis notas, tratando de responder a las misivas de ustedes, no me consideren como un olvidadizo o peor aún, un irresponsable, las cartas que no les envié, fue porque trate de cruzar la frontera de este lugar, y el guardia tenía orden precisa de no dejar pasar nada de valor, y lo único que traía en mis maletas eran esas cartas, y creo que esta resume a las anteriores.

Atentamente:

Heródoto.

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